Los 2 tipos de Diabetes

La diabetes mellitus es una enfermedad que ocurre cuando los niveles de glucosa o azúcar en la sangre de una persona son altos, también conocido como hiperglicemia. La hiperglicemia es causada debido a que el páncreas no produce insulina o por la resistencia de las células a la acción de la misma, o bien una combinación de ambas. La insulina es la máxima responsable de que la glucosa ingrese a las células de los tejidos periféricos (como el músculo, el hígado, cerebro, etc.) donde será utilizada como fuente de energía.

De acuerdo a los datos publicados por la Federación Internacional de Diabetes-IDF en el año 2019, se estima que en la actualidad aproximadamente 463 millones de adultos entre 20-79 años viven con diabetes y para el año 2045 se estima que incrementará a 700 millones. 1 de cada 2 de las personas con diabetes están sin diagnosticar (46% aproximadamente). La detección temprana y el tratamiento oportuno son factores claves para disminuir el riesgo de presentar complicaciones a partir de la diabetes a largo plazo.

Las principales clasificaciones de la Diabetes son: Diabetes Mellitus tipo 1 y Diabetes Mellitus tipo 2.

Este tipo de diabetes afecta principalmente en la infancia y en algunas ocasiones puede ocurrir en edades adultas (poco común).  Es causada porque el sistema inmune del cuerpo ataca a las células beta del páncreas que producen insulina, y como consecuencia, el cuerpo no produce insulina o la cantidad que produce no es suficiente.

Por ese motivo los pacientes necesitan un tratamiento a base de insulina para poder mantener en rangos adecuados los niveles de glucosa o azúcar en la sangre.

Se produce porque las células del cuerpo no responden adecuadamente a la insulina (también conocido como resistencia a la insulina) combinada por una disminución progresiva en la producción de insulina, lo que lleva a un aumento de glucosa o azúcar en la sangre. Este tipo de diabetes representa el 90% de los casos de diabetes a nivel mundial, y aunque se da principalmente en edad adulta, actualmente hay niños con diabetes tipo 2 derivado de factores como sobrepeso u obesidad, sedentarismo o hábitos de alimentación inadecuados.

Muchas veces esta enfermedad no es diagnosticada a tiempo debido a que los síntomas no se presentan o suelen ser leves y pasan desapercibidos. Sin embargo, 1 de cada 2 personas padece diabetes y aún no está diagnosticada.

Entre los signos y síntomas que presentan las personas con diabetes podemos mencionar:

  • Sed excesiva
  • Visión borrosa
  • Falta de energía, fatiga
  • Aumento del apetito
  • Sudoración excesiva
  • Acantosis nigricans
  • Micción frecuente
  • Pérdida de peso repentina y rápida

El tratamiento se especifica según el tipo de diabetes y es individualizado. Sin embargo, el control de glucosa capilar, seguir el tratamiento médico y llevar un estilo de vida saludable son factores necesarios para poder llevar un mejor control y disminuir el riesgo de complicaciones agudas y crónicas.

  • Control del nivel de glucosa en sangre: el auto monitoreo es de gran importancia para poder prevenir y tratar algún caso de hipo o hiperglicemia. Es especialmente importante en personas que utilizan terapia de insulina intensiva. Estudios han demostrado que un mayor número de mediciones de glucosa capilar se asocia a una menor hemoglobina glicosilada y a un menor riesgo de complicaciones.

En pacientes con diabetes tipo 1 se recomienda como mínimo 3 mediciones diarias, una antes de cada comida para calcular la insulina prandial. En pacientes con diabetes tipo 2, se recomienda que las mediciones sean como mínimo 3 veces por semana. Las mediciones en la madrugada están indicadas en pacientes con hiperglicemia de ayuno inexplicable, síntomas de hipoglicemia nocturnos, durante enfermedades agudas o después de ejercicio extenuante.

El monitoreo de la glucosa capilar nos permite comprender el impacto que tiene alimentación, el tratamiento farmacológico y la actividad física en las personas con diabetes.

  • Realizar actividad física: El ejercicio físico forma parte de los pilares fundamentales para el control de la diabetes junto con un plan de alimentación saludable, tratamiento farmacológico y educación en diabetes. Cuando realizamos ejercicio aumentamos el consumo de glucosa como fuente de energía, en los primeros 30 minutos que nos ejercitamos el músculo utiliza la glucosa que tiene de reserva en sus propios depósitos y al acabarse la reserva del musculo se consume la glucosa de la sangre.
  • Alimentación: una alimentación saludable, variada, equilibrada y suficiente es necesaria para llevar un buen control de la diabetes, ya que nos permite mantener en rangos adecuados los niveles de glucosa, presión arterial e incluso los niveles de lípidos en la sangre (colesterol y triglicéridos). La alimentación también influye en la pérdida o ganancia de peso, grasa corporal y masa muscular.

Para llevar una alimentación saludable es necesario que incluyas todos los grupos de alimentos en cantidades moderadas y suficientes, que evites el consumo de alimentos procesados como sopas instantáneas, bebidas azucaradas y carbonatadas, comida rápida, entre otros. Así mismo es necesario incluir alimentos más frescos y naturales como frutas y vegetales. La alimentación nos aporta vitalidad y energía para realizar nuestras actividades diarias.

La educación en diabetes es fundamental para que los pacientes puedan adherirse al tratamiento y de esta manera prevenir las complicaciones crónicas.

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