Equipo de profesionales al cuidado de la Diabetes

Te han diagnosticado diabetes y ahora es común que escuches palabras o términos que antes no conocías como: nefropatía, neuropatía, retinopatía, dislipidemia, entre otras. No te aflijas, el cuidado adecuado de la diabetes implica que el paciente necesite la atención de un equipo multidisciplinario, donde el miembro más importante del equipo es el propio paciente.

El equipo médico que lleve el control de tu diabetes, te ayudará a desarrollar un plan de tratamiento individualizado, este equipo te puede ayudar a prevenir complicaciones a largo plazo las cuales son habituales en las personas que padecen diabetes.

Entonces, ¿Qué profesionales deben pertenecer al equipo médico para ayudar a que el paciente este en control con la diabetes?

A continuación, te compartimos como debería estar formado tu equipo médico:

Un endocrinólogo, médico internista o un médico general con experiencia en atención a pacientes con diabetes pueden ayudarte, te harán preguntas detalladas sobre cómo te encuentras, te realizarán exámenes físicos, te pueden tomar la presión arterial, revisar tus registros sobre el control de tu glucosa o azúcar en sangre y te pueden pedir que te realices pruebas de laboratorio según sea necesario.

Tu médico te puede informar sobre la diabetes, datos importantes que debes conocer y sobre cualquier otro problema médico que puedas tener, te indicará según tu tipo de diabetes cual es el plan de tratamiento médico necesario para que puedas estar en control y él te indicará que otros especialistas debes visitar en caso de que los necesites.

No tengas miedo de preguntarle a tu médico cualquier cosa que necesites saber y asegúrate de que entiendes bien sus respuestas.

Los educadores certificados en diabetes o enfermeros cuentan con una formación especial para ayudar a las personas a llevar el control de mejor manera su diabetes, ellos te hablarán sobre la diabetes y te explicarán cómo afecta a tu cuerpo.

• Te enseñaran a ponerte tus inyecciones de insulina (si ese fuera el tratamiento para ti).
• Te enseñarán a manejar las concentraciones de azúcar en sangre cuando sean demasiado altas o demasiado bajas.
• Te indicarán cómo ajustar la dosis de insulina cuando hagas ejercicio físico o cuando estés enfermo.
• Te explicarán cómo usar tu glucómetro y como realizar tu medición de glucosa o azúcar en sangre.

La nutricionista es la experta en la planificación de las comidas y los planes de alimentación para el paciente con diabetes. Te pueden enseñar cómo afecta la comida que consumes a tus concentraciones de azúcar en sangre, y asegurarse de que estás comiendo lo suficiente según tus necesidades nutricionales.

Tu nutricionista:

• Hará ajustes en tu plan de alimentación teniendo en cuenta el ejercicio físico que haces, los hábitos de tu estilo de vida.
• Te hará sugerencias para preparar tus comidas.
• Te enseñará a elegir alimentos saludables.
• Te explicará cómo calcular la cantidad de carbohidratos y técnicas para planificar tus comidas.
• Te enseñará a leer las etiquetas nutricionales y a estimar el contenido en carbohidratos de los alimentos cuando no lleven etiqueta.

Asegúrate de hablar con tu nutricionista si crees que no estás comiendo lo suficiente, si piensas que estás comiendo demasiado o si no estás contento con lo que comes.

Los profesionales de la salud mental pueden ser grandes recursos para las personas que tienen que afrontar una enfermedad como la diabetes. Es posible que algunos pacientes se sientan frustrados, diferentes y puedan sentir incluso tristeza. Los psicólogos te pueden ayudar a encontrar formas de manejar tu diabetes, incluso cuando no tengas ánimos para hacerlo.

Es muy importe que siempre recuerdes que no tienes que afrontar la diabetes tú solo, puedes contar con los miembros de tu equipo médico para que te ayuden, te apoyen y respondan a todas tus preguntas; los equipos médicos que llevan la diabetes tienen mucha experiencia en ayudar a las personas a afrontar esta enfermedad.

Cuando los pacientes con diabetes no están en control y presentan niveles altos de glucosa o azúcar en sangre pueden padecer de retinopatía diabética, lo que sucede es que los niveles altos de glucosa dañan los vasos sanguíneos de la retina (una capa de células sensible a la luz en la parte de atrás del ojo).

Cuando los vasos sanguíneos se dañan, pueden hincharse y dejar que salga la sangre, lo cual causa visión borrosa o impide la circulación de la sangre. A veces crecen vasos sanguíneos nuevos, pero no son normales y pueden causar más problemas de visión y esta condición puede afectar a los dos ojos, es importante si presentas alguna molestia en tus ojos acudas con el especialista para que puedas prevenir cualquier complicación.

El cuidado diario de tus pies es una de las mejores maneras de prevenir las complicaciones relacionadas con ellos. Aproximadamente la mitad de las personas con diabetes tienen algún tipo de neuropatía diabética (daño a los nervios). El daño a los nervios puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero los nervios de los pies y las piernas son los que más frecuentemente se ven afectados.

El daño a los nervios puede causar la pérdida de sensación en los pies, incluso el paciente puede no sentir dolor y esto puede ser un factor de riesgo si el paciente sufre o tiene alguna herida, por lo mismo es muy importante que visites a tu especialista en el cuidado de los pies y que te pueda orientar sobre como poder prevenir o tratar una herida.

Cuando se tiene diabetes la enfermedad de las encías puede ser más grave y tomar más tiempo para sanar. Si el paciente no está en control con la diabetes, puede causar estragos en la salud oral. Por ejemplo:

• El paciente podría tener menos saliva, lo cual causa la sensación de tener la boca seca.
• Se le podrían inflamar las encías, y sangrar frecuentemente (signos de enfermedad de las encías).
• Las infecciones en la boca podrían tomar más tiempo en sanar.

Si presentas alguno de estos signos o síntomas es recomendable que acudas a realizarte un chequeo y de esta forma evitar cualquier molestia o complicación.

Con el tiempo, los niveles altos de azúcar en la sangre pueden dañar los vasos sanguíneos y los nervios que controla el corazón. Las personas con diabetes también tienen más probabilidades de tener otras afecciones que aumentan su riesgo de presentar enfermedad cardiaca, por ejemplo:

• La presión arterial alta.
• Tener un nivel muy alto de colesterol LDL (colesterol malo) en la sangre puede causar la formación de placa y dañar las paredes arteriales.
• Un nivel alto de triglicéridos (un tipo de grasa en la sangre).
• Nivel bajo de colesterol HDL (colesterol bueno).

Ninguna de estas afecciones causa síntomas. El cardiólogo puede revisarte la presión arterial y hacerte un análisis de sangre para ver si tiene altos los niveles de grasas sanguíneas.

Los niveles altos de azúcar en la sangre pueden causar daños en los nervios, esto se llama neuropatía diabética. Se puede prevenir o desacelerar el avance de la enfermedad al mantener el nivel de azúcar en la sangre tan cerca de los valores deseados como sea posible, y al mantener un estilo de vida saludable. El paciente que sufre de neuropatía diabética puede tener sensación de ardor, hormigueo, debilidad o dolor en las manos o los pies que interfieran con las actividades diarias o incluso el sueño.

No hay cura conocida para la neuropatía diabética. Los objetivos del tratamiento que tu neurólogo te ayudará a alcanzar son los siguientes:

• Reducir el avance de la enfermedad.
• Aliviar el dolor.
• Controlar las complicaciones y restablecer las funciones.

Es importante que los pacientes con diabetes se realicen exámenes de los riñones regularmente. El nefrólogo le indicará las pruebas que necesite realizar, esto le brinda al paciente la posibilidad de detectar de manera oportuna cualquier daño a los riñones, como la nefropatía diabética, que es una complicación grave relacionada con los riñones de los pacientes con diabetes.

La mejor manera de prevenir o retrasar la nefropatía diabética es mantener un estilo de vida saludable, controlar los niveles de glucosa o azúcar en la sangre y la presión arterial alta.