Colesterol y la Diabetes

El colesterol es una sustancia cerosa que se encuentra en la sangre. El cuerpo necesita colesterol para formar células sanas, pero tener altos niveles de colesterol puede aumentar el riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca.

Con el colesterol alto, es posible que se te formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos. Con el tiempo, estos depósitos crecen y hacen que sea más difícil que fluya suficiente sangre a través de las arterias. A veces, esos depósitos pueden romperse de repente y formar un coágulo que causa un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

El 20-25% de los pacientes con diabetes pueden desarrollar dislipidemia diabética, esta afección puede heredarse, aunque suele ser el resultado de la elección de un estilo de vida poco saludable, por lo que se puede prevenir y tratar. Llevar una dieta saludable, hacer ejercicio con regularidad y, a veces, tomar medicamentos pueden ayudar a reducir el colesterol alto.

El nivel alto de colesterol no tiene síntomas. Un análisis de sangre es la única manera de detectar si lo tienes. Si tu estilo de vida es poco saludable es importante que lo menciones en tu consulta con el médico para que el evalúe si es necesario realizar un análisis de sangre.

¿Cuáles son las causas?

El colesterol se transporta en la sangre, adherido a las proteínas. Esta combinación de proteínas y colesterol se llama lipoproteína. Existen diferentes tipos de colesterol, que dependen de qué transporta la lipoproteína. Ellos son:

  • Lipoproteína de baja densidad (LDL). El colesterol LDL, o “malo”, transporta las partículas de colesterol por todo el cuerpo. El colesterol LDL se acumula en las paredes de las arterias, lo que genera su endurecimiento y estrechamiento.
  • Lipoproteínas de alta densidad (HDL). El colesterol HDL, o “bueno”, recoge el exceso de colesterol y lo lleva de nuevo al hígado.

El perfil lipídico, por lo general, también mide los triglicéridos, un tipo de grasa de la sangre. Tener un alto nivel de triglicéridos también puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas.

Los factores que puedes controlar, tales como la inactividad, la obesidad y una dieta no saludable, contribuyen a un colesterol alto y a un colesterol HDL (bueno) bajo. Quizás puedan influir también los factores que no puedes controlar como lo son, que tu código genético impida que las células retiren el colesterol LDL (malo) de la sangre en forma eficiente o haga que el hígado produzca demasiado colesterol.

  • Mala alimentación. Comer grasas saturadas, que se encuentran en productos animales, y grasas trans, que se encuentran en algunas galletas, pasteles y palomitas de maíz para microondas, puede elevar el nivel de colesterol. Las comidas con alto contenido de colesterol, como la carne roja y los productos lácteos enteros, también aumentan el colesterol.
  • Obesidad. Tener un índice de masa corporal (IMC) de 30 o más aumenta el riesgo de tener colesterol alto.
  • Falta de ejercicio. El ejercicio te ayuda a aumentar el colesterol HDL (bueno) a la vez que aumenta el tamaño de las partículas que componen el colesterol LDL (malo), lo que lo hace menos nocivo.
  • Tabaquismo. Fumar cigarrillos daña las paredes de los vasos sanguíneos y los hace más propensos a acumular depósitos de grasa. Fumar también podría bajar el nivel de colesterol HDL (bueno).
  • La edad. Debido a que la química del cuerpo cambia a medida que pasan los años, sube el riesgo de tener colesterol alto. Por ejemplo, a medida que envejeces, el hígado puede cada vez menos eliminar el colesterol LDL (malo).
  • Diabetes. Un nivel alto de azúcar en sangre contribuye a niveles superiores de un colesterol peligroso denominado lipoproteína de muy baja densidad (VLDL) y a bajar el colesterol HDL (bueno). El nivel alto de azúcar en sangre también daña el revestimiento de las arterias. A esto se le conoce como dislipidemia diabética.

El colesterol alto puede producir una peligrosa acumulación de colesterol y otros depósitos en las paredes de las arterias (ateroesclerosis). Estos depósitos (placas) pueden reducir el flujo sanguíneo a través de las arterias, lo que puede provocarte complicaciones tales como:

  • Dolor en el pecho. Si las arterias que suministran sangre al corazón (arterias coronarias) se ven afectadas, podrías sufrir dolor en el pecho (angina de pecho) y otros síntomas de enfermedad de las arterias coronarias.
  • Ataque cardíaco. Si las plaquetas se desgarran o se rompen, puede formarse un coágulo sanguíneo en el sitio de rotura; este coágulo puede bloquear el flujo sanguíneo o desprenderse y taponar una arteria. Si se suspende el flujo sanguíneo a una parte de tu corazón, tendrás un ataque cardíaco.
  • Accidente cerebrovascular. De manera similar a un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular se produce cuando se bloquea el flujo sanguíneo a una parte del cerebro debido a un coágulo sanguíneo.

La mejor manera de mantener la salud de tu corazón es controlar tu diabetes. Trate de mantener el nivel de azúcar en sangre dentro del rango durante el mayor tiempo y con la mayor frecuencia posible.

A continuación, te mostramos algunas recomendaciones para que puedas poner en práctica y de esta manera prevenir cualquier riesgo de enfermedad cardiovascular:

  • Controlar con frecuencia tu hemoglobina glicosilada, recuerda que la recomendación es cada 3 meses, colesterol LDL cada 4 meses o según las recomendaciones de tu médico y presión arterial según la frecuencia que tu médico indique.
  • Cada mes realiza desde casa controles de tu colesterol y verifícalo con más frecuencia si no está en el objetivo.
  • Ejercicio: El tiempo óptimo que debes dedicar a la semana haciendo ejercicio es de 150 minutos. ¡Puedes dividir esto como quieras durante la semana y asegúrate de hacer los ejercicios que más disfrutes!
  • Siéntate menos: Sentarse menos y hacer ejercicio van de la mano. Levántate y camina cada 30 minutos para que tu corazón lata.
  • Controla el peso: Si ya tienes un peso saludable para tu edad y estatura, ¡estás listo para comenzar! Sin embargo, si es necesario, perder incluso entre 10 y 15 libras hace una gran diferencia.
  • Toma medicamentos: Tomar tus medicamentos según las indicaciones de tu médico es una de las mejores defensas contra las enfermedades cardiovasculares. Si tienes problemas para recordar, intenta configurar una alarma o puedes utilizar un pastillero.
  •  Come bien: Utiliza el método del plato saludable para la diabetes para crear porciones saludables.
  • Controla el estrés: La salud mental es extremadamente importante si vives con diabetes para tu bienestar físico y emocional. Las hormonas del estrés pueden provocar hipertensión arterial y dificultar un buen control de la diabetes.
  •  Realiza un seguimiento con tu médico: Comunícate con tu médico si sospechas que puedes estar en riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular.
  • Duerme mejor: Obtén esas seis a ocho horas de sueño reparador para reducir las hormonas del estrés y sentirte bien.
  • Conoce tus números: Usa un registro o gráfica para llevar el control con tus mediciones de hemoglobina glicosilada (A1C), presión arterial, azúcar en sangre y colesterol.

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